5 de febrero de 2008

Soy menor


Ayer, en el telediario del mediodía, no le ocultaban la cara.

Por la noche sí. El chico tiene 17 años. Dijo "Es que soy menor".

Explicaba la historia al periodista. El supuesto agresor [presuntamente] apuñaló a la madre del chico. Eran pareja, [presunta] violencia de género. El supuesto agresor no consiguió [según indicaron] matarla dentro del domicilio. Ella salió [huyó] a la calle, y él [presuntamente] la persiguió. Allí le dió [se supone] las puñaladas que la mataron unas horas después en el hospital [con certeza]. El chico tiene cortes en las manos [presuntamente] por intentar impedir los ataques del cuchillo del agresor.

Lo interesante viene ahora:

La policía había sido avisada y estaban de camino. Iban tras el denunciado.
El chaval explica al periodista que el agresor ya se había marchado.
El chaval explica que cojió un vehículo para perseguir al homicida.
El chaval explica que su idea era atropellarlo.

No lo consiguió él, pero por justicia poética, el fugitivo acabó siendo atropellado por un camión. Esto, como todo lo anterior, ni es esencial ni viene al caso.

El chaval explica su plan de atropello complementandolo con la frase "soy menor".

Sin duda la Información debe tratarse con mucho cuidado. Millones de personas ante el televisor son testigo de los escrúpulos jurídicos del reportaje a la hora de nublar la cara de un menor durante sus declaraciones, o insertando el adverbio [presuntamente] hasta la saciedad.

Pero es inoportuno, por mucha prisa para que el clip de las declaraciones llegue al telediario del mediodía, trasladar la idea de que la minoría de edad puede operar como eximente en el plan de atropello de un chaval claramente trastornado por las circunstancias. Porque da igual que esa estupidez la dijera el chaval. Quien controla la noticia y el medio es responsable de lo que allí se dice, no me jodan.

Esa cautela se la ahorraron.
Mal hecho. Esa era importante.

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