Efectivamente, amigos, sois sabuesos finos y vuestras sospechas en absoluta son inciertas. ¿Supondría la llegada de Adrianita un menoscabo a la prolífica trayectoria del blog más chusquero? Por supuesto, la duda ofende. Es bien sabido que mi costumbre era chusquear después de comer, a eso de las 15h, como norma. Siempre el mismo dilema: ¿Me tomo el café en el Starbucks mientras leo antes de volver al despacho, o me subo directamente a la oficina con el café y chusqueo hasta las 16h?
Sin embargo ya no hay dilema: No me privo de ir a comer a casa, religiosamente, todos los dias. No dudéis que chusquear es grato para mí y que mucho me place, pero nada es comparable como darle el quite a Bárbara -primera espada y suma diestra- lidiando con pañal y biberón frente a Doña Churretes. Porque si bien no he escrito mucho últimamente, mucho he aprendido acerca del poder de absorción de la celulosa. ¡Pardiez que sí!
Humildemente solo me queda instar a quien siga teniendo el hábito de visitar este blog que no ceje en sus costumbres. ¡Cáspita, no deje de hacerlo, huevón/a!
Aunque deba comenzar a escribir de noche, contad con que el Chusco cabalga de nuevo.
2 comentarios:
Cobarde! Lo has borrado! no me lo puedo creer. Tendrías que haber otro post: No sin mi hija.
Si, lo borré. Un poquito de porfavor. Y no me seas cizañero o encima tendré que acabar borrando también este...
Como me enseño Sidharta Gautama, allá en el bosque, entre monjes y meditaciones:
"No seamos de esa manera. Seamos de la otra".
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