El ginecólogo no se moja. Es poco amigo de andar haciendo especulaciones sobre el momento más probable. La matemática de la rueda es dura e inexorable: "Saldréis de cuentas el 2 de junio". La cuestión es que pasado mañana culminamos la semana 37, y eso nos coloca en DefCon 3, pero Adriana no se da la vuelta. Isso é um fato. Sospecho que esa contumacia es irresoluble y que no cederá en su empeño, lo que según dictamen del facultativo nos llevará con certeza a la cesárea. Bárbara y yo estamos casi seguros de ello.
El asunto es que a merced de la cesárea la llegada de nuestra primogénita se anticiparía en dos semanas, lo que supone que quien iba a ser Géminis acabaría naciendo bajo el signo de Tauro. Justamente aquel signo que distingue a las voluntades más irreductibles. Ante la circularidad de la evidencia, ¿necesitamos más pruebas? Admitámoslo: DefCon 2.
